
Abraxas
“El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas”
Demian, Hermann Hesse
¿Quién está a salvo de su propia mente?
Buscamos enganches y soportes,
ya no éxtasis ni alucinaciones pasajeras
sino sobrevivir a las pulsiones del agotamiento.
Te enganchas a un disco cual guía serpenteante,
luz poética de canciones que hablan de ti
que hablan de ella y cuentan su verdad,
su descenso a un infierno en la voluptuosidad
en medio del éxito de masas.
Voy caminando por una senda entre espigas,
pinos, torres con cables eléctricos crepitantes,
flores de colores republicanos, un conejo veloz.
Tarareo Pamela o la búsqueda del centro de gravedad,
no hay canción anodina en Jesucrista Superstar,
cuando menos esperas aparecen Luz, o Carmen,
o Juliana o Rémi, o Abraxas, todo está ahí.
La variedad de ritmos y estilos es admirable,
me engancha, transporta, eleva, embelesa,
convierte los días en aceptable suma de horas,
más allá de la trascendencia-ocurrencia,
de los límites de la estabilidad emocional precisa.
Las guitarras de Santana siguen llorando.
