Poema 551: Replegarse

Replegarse

Languidecen ya los días estivales,

un verano finito más, consumado,

fin de la vorágine activa, calurosa, lectora,

ritmos circadianos libres de ornamentos.

Conexiones neuronales rutinarias,

un repliegue interior,

el conocimiento exacto de lo que sucede,

aquello que tantas veces ha funcionado.

Disminuyen la luz y las emociones,

se amplía el listado de ocupaciones,

clausuramos circunvoluciones cerebrales,

áreas racionales completas archivadas.

Decae el ánimo y se compensa

con múltiples proyectos y hábitos exigentes,

agotamiento cual medicina holística,

la cíclica esperanza de los hitos periódicos.

Comienza la hibernación atávica,

el tiempo de los graves estudios

los placeres de las noches eternas

y los exiguos rayos oblicuos de sol.