La piel
La piel del tomate se resiste
bajo las hélices de la batidora:
la pulpa ya está licuada
pero la estructura aún sigue en pie.
La tensión superficial de una pompa
de jabón, crea miríficas estructuras,
muestra, conecta y sostiene,
el lánguido vacío interior traslúcido.
Mi propia voz leyendo un poema de Ashbery
en un inglés impostado,
se licúa gradualmente
mientras el poema resiste aún en pie.
Mantienes tus rutinas diarias,
caminas, huesos y tendones,
con la fuerza de un paso resuelto
mas tu núcleo se volatiliza.
El objeto del poema eres tú,
ciudadano vacío de sustancia propia,
codiciado consumidor de películas,
libros, noticias, canciones, e ideas.
Te delata la arruga de tu rostro,
esas manchas indisimulables de tus manos,
el viento que rasguea tus cuerdas vocales,
la lentitud con que expresas tu recogimiento.
