La Mambla
El placer enorme de la subida matinal,
bruma, frescor, la luz refulge sobre el verde
animado de los campos,
la vasta vista se recrea en el sol tras la lluvia.
Hay algo animal y mágico en la ascensión,
una vuelta a los orígenes,
la fuerza de las piernas del cazador
presto a observar a sus presas.
Más tarde, la ascensión comunal
es una maravilla,
hay turnos para asomarse a la cima,
comandos que investigan la cueva
bailes, risas y carreras.
El día ha cumplido sus expectativas,
el monte mágico acumula seguidores:
aún no hemos perdido el contacto con la tierra,
por más que nuestra mirada atraviese el cosmos
para descubrir un agujero negro.
