La casa de mis padres

El regreso a la casa familiar está lleno de placeres:

coger higos directamente de la higuera,

comer un tomate recién cortado de la mata,

darse un baño nocturno en una piscina caliente,

disfrutar de una cena en el patio en medio de la familia.

Cantan los pájaros al abrir la ventana por la mañana,

el colorido es indescriptible: geranios, hortensias,

rosales silvestres o delicadas rosas,

ánforas de tiempos inmemoriales, una damajuana,

y el verde frondoso de setos, árboles y céspedes.

El centro de gravedad territorial es este:

las paredes que ayudaste a restaurar, el diseño

de parterres y huertos, el enjalbegado del recinto,

cavar y cavar para convertir un solar en un vergel.

Leer o escribir en este lugar es otro gozo matinal,

tanto como el cariño y el respeto que se respira

en medio del clan familiar siempre dispuesto a acoger

siempre dispuesto a cohesionar a sus individuos.

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