
Rayo fulminante
Para Miguel Ángel
que siempre ayudaba a todo el mundo.
Llegó, –tensa espera–, fulminante,
cuando el ascenso parecía esperanza
creando un desorden temprano,
un vórtice en todo cuanto ocupaba.
Suma de excesivos recuerdos, cariño,
fórmulas de cortesía y palabras profundas
que atañen al lado pragmático de la vida.
Casa faro y luz en la esquina emblemática,
guía y consejero, gran hacedor, solucionador,
infatigable vecino, pariente y amigo.
Temperamento y voces extemporáneas,
nervio puro, eslabón y memoria,
defensa del menos común de los sentidos.
Indefensos y embriagados por su ausencia
velamos humildemente familia y obra,
un tiempo difícil y repleto de boquetes.
El rayo fulminante cayó inesperado,
convirtió en luto la celebración,
interrumpió la senda, ya apacible,
de contemplar los frutos de su amor.
